jueves, 31 de enero de 2013

El loco

Esta es la primera de espero muchas más entradas...

Este blog lo he creado a partir de una tremenda necesidad de exteriorizar un cúmulo de pensamientos, sensaciones, principios, sueños, anhelos, inspiraciones... pues tengo un gran problema: me siento sola. Sola en un sentido profundo (me rodeo de grandes personas que me quieren y que las quiero) pero vivo con la constante sensación de que no encajo en ningún lugar.

Siento constantemente que me acerco ¿a qué? no tengo ni puñetera idea pero es algo muy importante, algo vital. Pero cuando estoy prácticamente segura de que SI es ESO entonces ocurre algo que me hace saber que NO.
Pero bueno, como soy una testaruda y como muchas veces mi madre dice tengo el espíritu pionero... no me doy por vencida y continuo caminando con fe de que tarde o temprano encontraré lo que demonios esté buscando...

Que desconsiderada que soy! no me he presentado (acostumbro a irme por las ramas y a empezar la casa por el tejado... siempre tuve algo de mono jajaja) en fin, soy Stone horse, es decir: caballo (horse) de piedra (stone) no utilizo este nombre solo para mantener mi anonimato sino que lo considero también mi nombre.
¿Porque Stone horse? bien... aunque se poco (por el momento) soy una amante de la cultura nativa norte americana y una de las cosas que siempre me han gustado a sido que los nombres de las personas iban relacionados con algo en particular de ellos. A mi por suerte o desgracia, no lo sé, no me ha bautizado ningún chaman nativo ni nada por el estilo.

Me he auto bautizado: Stone o piedra ya que mi nombre de nacimiento significa: piedra, la que vive entre piedras, la que todo lo puede o hito. Como le tengo mucho aprecio a mi nombre de nacimiento su significado que va bastante relacionado con mi carácter debía aparecer en mi otro nombre y Horse o caballo porque a parte de ser uno de mis animales favoritos tengo un especial vinculo con ellos. Tuve la gran suerte en el pasado de cuidar de tres caballos en una hípica y aquellos años despertaron en mi una primera iniciación hacia el retorno de mi lado más primitivo, salvaje.
Los caballos me rescataron de la "evolución" me rescataron del afán del humano por salir de la naturaleza, como si naturaleza y humano no fueran una misma cosa... pero ya me estoy yendo por las ramas otra vez jaja no tengo remedio...



He titulado esta entrada como "El loco" y este es el tema del que ahora voy a hablar...
Como buena soñadora y firme defensora de la imaginación y la fe en la vida acostumbro a detectar señales. Es algo innato, para seguir caminando necesito esas señales para saber que voy bien encaminada a "algo".
Siempre he detectado estas señales pero mi intuición hacia ellas aumentó cuando viví una de las experiencias más inolvidables que he tenido hasta ahora: hacer la prolongación jacobea (para quien no lo sepa la prolongación es otro de los muchos caminos de Santiago, este en concreto va de Santiago de Compostela hasta Fisterra y es un total de unos 88 kilómetros aproximadamente)




Cuando me encontraba en un momento de mi vida bastante oscuro, por no llamarlo de otro modo decidí que o hacía algo o me hundía de por vida así que sin pensarlo compre los billetes de autobús Barcelona-Santiago de Compostela, me hice con la credencial de peregrina, me tallé mi propio bastón de peregrinaje y con 8 kilos de mochila me fui a tierras gallegas...








Era tanta la necesidad de señales y respuestas que en los primeros días era incapaz de reconocerlas... pero como siempre, en cuanto dejé de buscarlas aparecieron y empecé a asimilar las que ya habían aparecido sin darme cuenta. Una de ellas fue un loco, sí sí, un loco loco de verdad.
Este peculiar personaje me lo encontré, bueno, mejor dicho me encontró en el concello de Negreira a 21 kilómetros de la ciudad de Santiago y fin de la primera etapa de la ruta.


Al llegar a Negreira me enteré de que el albergue para peregrinos estaba lleno de modo que posiblemente me tocaría dormir al raso... pero al poco de entrar en el pueblo encontré un albergue privado llamado la lua (la luna en gallego).
Este era pequeñito pero acogedor y muy de mi estilo: lunas y soles pintados a mano en las paredes, olor a incienso, un banquito de madera en la entrada, estrellitas y mucho color... muy creativo... pero hubo algo que me hizo no mirar más opciones para pernoctar y fue un cartelito pegado en la entrada. Era de los indignados de galicia y como por entonces yo estaba muy metida en el movimiento para mi aquello fue sin duda una señal, así que pagué mis 10 euros para pasar allí la noche. Dejé mi mochila en la habitación de las literas comunitaria, me duché y fui a explorar Negreira en busca de cena.



Al regresar de nuevo al albergue un grupito de peregrinos alemanes hablaban en la puerta con un hombre bajito de aspecto peculiar: era de expresión divertida y maliciosa, con pendientes de aro en la oreja derecha, el pelo oscuro con alguna que otra cana recogido en una coletilla que le daba aspecto de duendecillo burlón, pantalón negro de pitillo con una riñonera estilo hippie de muchos colores y una camiseta fina beige también bastante hipiosa. Este, al verme puso cara de sorprendido y con los brazos abiertos me dijo: < Peregrina! hace mucho que te espero!> yo, riendo y flipando bastante le saludé y me dio un abrazo... realmente no me sorprendí mucho por el gesto pues entre peregrinos suele haber una hermandad muy latente y un buen royo general...






Pero ese hombre iba a ser uno de los grandes misterios del camino sin duda...

Después del sentido abrazo el duendecillo de la lua me dijo que el era el primer peregrino (no el primero en llegar al albergue no, sino el Primer peregrino de todos los tiempos) y según el llevaba muchos siglos esperando mi llegada pues para el yo venía con verdadero espíritu peregrino y el era algo crucial en mi peregrinaje... (mientras le escuchaba pensaba que o una de dos o la droga que consumía era muy buena o intentaba ligar conmigo de un modo... creativo o estaba loco)

En fin, me soltó un discurso de lo poderoso que era (espiritualmente hablando) y que por ser yo me tenía que hacer un regalo que había estado llevando encima durante todo este tiempo que me había esperado... así que sacó de su riñonera un regalito del tamaño de medio dedo pulgar envuelto en papel de regalo verde y el hombre entonces se fue.

Yo temía que me hubiera dado droga o algo así que me busqué una papelera para tirarlo... pero como peco de curiosa antes de tirarlo lo abrí.

Mi sorpresa fue encontrar dentro dos piercings de bolitas de colores. Sin duda ese hombre estaba loco, pero como me hizo gracia decidí no tirar el regalo y me lo guardé a modo de talismán.

Podría decir que aquí termina la historia, pero no...

Al llegar la noche los peregrinos nos fuimos a dormir temprano para poder madrugar más descansados y en seguida cogí el sueño pues el día había sido cansado e intenso y al día siguiente me tocaba la etapa más larga que iba de Negreira a Olveiroa.

A eso de las 3 de la madrugada me desperté pues alguno de los peregrinos estaba murmurando en voz baja... hice caso omiso e intenté volver a dormirme.

Seguramente era algún peregrino muy religioso que rezaba antes de salir a caminar ya que habían caminantes que iniciaban la ruta de noche para poder disfrutar de las estrellas, pero... la voz que sonaba cerca de mi litera entonces me resultó familiar... efectivamente, era el loco que me había encontrado por la tarde en la puerta del albergue.



La situación me dio bastante miedo, ¿que demonios hacía en el albergue? decidí no llamar la atención y hacerme la dormida... el tío tenía un monologo montado mientras daba vueltas por la habitación a oscuras susurrando que nosotros eramos sus hijos, que el era el sol y la luna, la noche y el día... vamos según el era dios. Nos bendecía a todos por dormir en su casa y caminar en su tierra...

A medida que pasaba el rato el loco comenzó a motivarse solo y empezó a elevar el tono de voz hasta el punto que la gente comenzó a despertarse pero nadie se atrevía a decirle nada... entonces empezó a molestarse pues uno de los peregrinos que dormía a pata suelta comenzó a roncar como un verdadero oso interrumpiendo a nuestro apasionado orador.

El loco empezó a gruñir al peregrino que roncaba y a maldecirlo por su conducta y como la cosa ya se ponía preocupante uno de los peregrinos franceses de la litera de al lado mio se levantó para educadamente decirle que por favor se callara que en pocas horas debíamos salir a caminar... pero para que dijo nada el pobre hombre.



Nuestro loco enfureció como nunca y empezó a gritar como un poseso que eramos unos desagradecidos y unos guarros, que el estaba en su casa y podía gritar lo que le diera la gana y que si le daba la gana nos encerraba allí para toda la eternidad (esto lo decía balanceando las llaves del albergue... resulta que nuestro loco no era ni más ni menos que el hospitalero y dueño de aquel albergue).

Estuvo gritando y maldiciendo durante una hora, salía y entraba de la estancia pegando portazos y gruñendo como un perro, hasta que se cansó y nos dejó en paz...

Lo más sensato hubiera sido irme de inmediato de aquel lugar pero la realidad es que al poco rato volví a quedarme dormida, al despertar a las 7 de la mañana solo quedaban dos peregrinos y yo, así que salí corriendo de allí para seguir con mi camino.

Después de relatar mi aventura en Negreira (toda verídica) mientras caminaba me venía a la mente la carta del tarot de el loco o tonto, no sé porqué... no se tirar las cartas y lo cierto es que tampoco creo en ellas como método de adivinar el futuro pero tengo especial debilidad por los naipes y me gusta coleccionarlas.









Pasados ya dos años desde que hice la prolongación jacobea aún sigo asociando al loco de Negreira con esa carta del tarot y ayer decidí buscar información...

de todo lo que encontré me quedo con lo siguiente:

En el Tarot la carta del Loco sale a personas que tienden a dejar perplejos a los que lo rodean, ya que lo que hacen no suele ser comprendido, ya que no es lo que normalmente se suele hacer. La persona es incomprendida, le gusta ser libre como el viento, y no suele tomar con demasiada consideración lo que los demás piensan u opinan.

La carta habla de nuevos comienzos por nuevos caminos, extender los horizontes, arriesgarse a emprender un camino que no se sabe a ciencia cierta como va a terminar. Sin embargo lo importante es aceptar la aventura, alcanzar el objetivo. El Loco vive el momento presente, no se preocupa por el futuro, por lo que puede parecer a los demás un poco inmaduro, sin embargo esta persona es feliz de esta forma ya que no le preocupa lo que pueden acarrear sus acciones, ni preveer malos resultados en su empresa, su optimismo le es suficiente.

El loco es aquel que persigue sus sueños por encima de todo.

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